jueves, 7 de marzo de 2013

Algunas veces, alguien piensa. El negro zumbón

Mi padre, es un buen hombre. Con el paso del tiempo, me ha demostrado que es muy sabio.
Sus frases han sido para mí una cascada de inspiración. Hablamos poco, pero al hacerlo, necesitamos muy pocas palabras para entendernos, entendernos demasiado.

"Deberías darte una vuelta por los hospitales", decía poniendo una mueca en su cara que nunca puedo olvidar. Esta frase, nos la decía al escucharnos maldecir por nuestra poca suerte en lo que a economía familiar se refiere. Y sí amigos, fuimos unos pijos venidos a menos y la verdad, no se lo deseo a nadie. Y no, la crisis todavía no estaba ni inventada...

Jamás pensó mi padre, que su hijo, el más pequeño y problemático de tan extraña familia, se ganaría la vida en un hospital. No, yo estaba destinado a morir en una cuneta, en un baño de alguna discoteca o apuñalado por mi bravuconería genetica y mi temparamento incontrolable e incómodo para muchas que estuvieron y están a mi lado. Pues entre otras muchas lindezas, yo, le aticé un par de hostias a un taxista que se lo hizo pasar mal a una ex mía en una carrera por la noche con proposiciones indecentes. Y sí, sentí como la fría mano de mi ex apretaba la mía y pude ver como su rostro se tornaba hacia un blanco, blanco como la pared, al ver pasear a semejante violador frustrado con toda su familia... Es un placer darle un par de hostias a un hombre delante de sus hijos mientras lloran al ver a su papá sufrir... Un placer!

Volviendo al tema que hoy nos ocupa... Esta misma mañana, tenía una reunión en oncología. La parte destinada al tratamiento del cáncer, es silenciosa, fatal y obscena... Es un habitáculo destinado al sufrimiento y el dolor, al olvido, la esperanza y las ganas o muy pocas ganas de echarle un par de huevos a esta vida.
Es una puta mierda con olor a limpio, es extraño, es fatal...
Las calvas de mayores, jóvenes y niños, reflejan el espanto de los viandantes de pasillo, las caras rígidas del personal sanitario y el olor a tabaco de "contrabando" que sale de los despachos para poder superar el olor a vómito de un cáncer de estómago del chaval de 40 tacos...
Y algunas veces, alguien piensa.

Me dejé de emocionar hace mucho tiempo, me hace mucho daño a la salud, créanme, pero hoy, he podido contener las lágrimas de milagro, y motivos no me faltan, pero desde hace algún tiempo un médico amigo mío me dijo que nuestro corazón, sufre pequeños infartos, sí, sí, pequeños infartos que van haciendo mella y matan "micromilesimas" partes de este importante organos vital por la falta de asimilación de ciertos sucesos, actos o comportamientos que nuestro cerebro, no puede asimilar por comportamiento humano... Muchos le llaman sensibilidad.
Y algunas veces, alguien piensa.

La situación de esta mañana ha sido intensa a la vez que hermosa, y alguien, en alguna reunión médica, debió pensar que era bueno para estos enfermos que un médico retirado que tocaba la guitarra, fuera de habitación en habitación diciendo a los pacientes de tan asquerosa enfermedad que le dijieran cual era su canción favorita, y con su bata blanca y su bracelete de voluntario, tocara esa melodía ante su cama.
Y sí, lo he visto, he visto como el ex Dr. Jxxxxxx Rxxxx, tocaba esta mañana "El negro zumbón" a una mujer  gordita, como mi madre, mientras dormía agarrada a la mano de su hija?, tema fetiche, también, de la madre que me parió. Y no amigos, ningún director de cine, hubiera podido sacar una fotografía tal, bizarra y "salpimentada", que este jueves anodino, se guardaba en la manga para mí.

Tócala Doc... Y algunas veces, alguien, piensa...